martes, 14 de noviembre de 2017

32 TO A 2017

Oración al Espíritu Santo
Espíritu Santo, Señor y dador de vida. Dame fe, para ver en el Evangelio la Palabra que Dios Padre me dirige hoy y ahora. Haz que penetre en mi corazón. Ayúdame a poner por obra tus inspiraciones. Así mi corazón se parecerá cada vez más al Sagrado Corazón de Jesús. Amén.


Del Evangelio según san Mateo.

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Se parecerá el reino de los cielos a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes. Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”. Entonces se despertaron todas aquellas vírgenes y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las prudentes:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”. Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
Señor, señor, ábrenos. Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».


Para la oración
¿Quién ocupa el centro en este evangelio?
¿Cuál es la virtud que Jesús quiere suscitar en nuestros corazones?
¿Qué representa la lámpara que en algunas personas está encendida y en otras apagada?
¿Qué virtud tienen las vírgenes que entran con el esposo?
¿Es bueno que nos animen a esperar el cielo o es cruel, como cuando a un niño pobre le enseñas por el cristal una pastelería?


Examen
¿Qué esperas mueven tu vida: un concierto, un partido de fútbol,  una nueva serie de televisión...? ¿Qué mueve tu vida?
¿Esperas a Jesús? ¿esperas estar con Él para siempre?
¿Piensas que serán las personas perfectas los que entrarán en la vida eterna y eso te desanima?
¿Sabes esperar a Dios... en tus errores, en tus caídas, en tus defectos?
¿Consideras que tu vida es limitada, que no sabemos el día ni la hora de nuestra muerte? ¿Te lleva ese pensamiento a vivir la vida con pasión?


Oración
Señor, mi vida está llena de pequeñas esperanzas, todas muy materiales. Sé por experiencia que esas cosas que espero, luego no acaban llenando mi corazón, no me hacen verdaderamente feliz. Quiero aprender a esperarte a Ti.
Ayúdame a esperarte a ti después de esta vida, como dice el Salmo: “Mi alma espera en el Señor, mi alma espera en Tu palabra”.
Ayúdame a saber encontrarme contigo ya ahora. A vivir mis alegrías y mis penas, mis virtudes y mis defectos contigo.
Tú eres lo único que puede llenar mi corazón. Amén.


Bibliografía: Santos de copas, Capítulo 8 ¡Santos ya!
Canción: Pasión de Dios https://m.youtube.com/watch?v=vlYClW8-1Bk


¿Por qué tengo miedo de mí mismo?
¿Por qué no disfruto hoy de cada minuto?
¿Por qué querría ser de un modo distinto?

¿Por qué vivo siempre en lo que haré?

Tanta cosa para motivarme, basta ya de maltratarme.
¿Dime, Padre, por qué no me quiero?
Solo tu aprecio mata mi desprecio.

Hazme oír lo que te gusto, que vea que me miras con pasión.
Que a nadie quieres tanto como a mi, soy pasión de Dios.

Me dicen que huya de mi debilidad,
tú me dices que permanezca en ella.
Me valoran por éxitos y perfección,
tú disfrutas conmigo tal y como soy:
débil, enfermo y en pecado,
impuro, impotente y quebradizo.
Solo así descubro como me amas,
solo así descubro como me quieres.

Hazme oír lo que te gusto, que vea que me miras con pasión,
que te recreas en mi belleza, que soy la niña de tus ojos,
que a nadie quieres tanto como a mi. Eres mi padre y enloquezes.
Que a nadie quieres tanto como a mi: ¡soy pasión de Dios!

Con la furia del mar
y la solidez de la roca,
con el ímpetu de la tormenta,
la fuerza del vendaval.
Con esa misma contundencia tú me dices:
TÚ ERES MÍO, TÚ ERES MÍO.

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