Oración al Espíritu Santo
Espíritu Santo, tú que fuiste mi huésped desde el día de mi Bautismo, te pido que me recuerdes y me ayudes. Recuérdame todos los días la mirada amorosa con la que Dios me mira, ayúdame a corresponder con amor a un Dios que me quiere como soy.
Del Evangelio según san Lucas (6, 12-19)
En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso de nombre Pedro, y Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón, apodado el Celotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Preguntas para la oración
Ahora que va a empezar el Sínodo de los jóvenes... ¿Piensas que tú estás entre esos nombres que acabamos de leer, o piensas que la vocación es sólo para unos pocos: sacerdotes, monjas...? ¿Alguna vez has pensado que Dios te ha llamado ya..., que ya ha pronunciado tu nombre? ¿Qué significa la palabra Iglesia (ecclesia), de la que formas parte?
Texto del Papa Francisco
Quisiera recordar la llamada a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros, esa llamada que te dirige también a ti: «Sed santos, porque yo soy santo» (Lv 11,45; cf. 1 P1,16). El Concilio Vaticano II lo destacó con fuerza: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre» [Gaudete et exultate].
Preguntas de examen
¿Te das cuenta de que tú compartes una llamada junto al sacerdote, al religioso....? ¿Cómo podrías tener más presente que Dios te está llamando cada día a la santidad? ¿Qué harías si te decidieses a ser santo? ¿Qué evitarías si te decidieses a ser santo?
Oración para el sínodo
Señor Jesús, tu Iglesia en camino hacia el Sínodo dirige su mirada a todos los jóvenes del mundo. Te pedimos para que con audacia se hagan cargo de la propia vida, vean las cosas más hermosas y profundas y conserven siempre el corazón libre.
Acompañados por guías sapientes y generosos, ayúdalos a responder a la llamada que Tú diriges a cada uno de ellos, para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad. Mantén abiertos sus corazones a los grandes sueños y haz que estén atentos al bien de los hermanos.
Como el Discípulo amado, estén también ellos al pie de la Cruz para acoger a tu Madre, recibiéndola de Ti como un don. Sean testigos de la Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos anunciando con alegría que Tú eres el Señor. Amén.
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